sábado, 21 de enero de 2012
El Gobierno socialista escondió a la Justicia un vagón con posibles pruebas del 11-M
Permanece a cubierto en las instalaciones de Renfe en Villaverde
El coche 011R fue uno de los dañados en la estación de la calle Téllez. El Ministerio de Fomento nunca ha comunicado su existencia.
LA GACETA pone luz a una de las mayores incógnitas que aún sobrevuelan sobre el caso del 11-M. Oculta y ocultada durante casi ocho años, pudo contribuir al esclarecimiento de los hechos, aún por determinar y cerrar.
Este periódico ha localizado uno de los vagones que fueron dañados por las explosiones que tuvieron lugar en la calle Téllez durante la mañana de los atentados del 11-M.
Hasta la fecha había sido ocultado y escondido por el Ministerio de Fomento a las autoridades judiciales encargadas de la investigación de la matanza, a la cabeza de las cuales se encontraba la Audiencia Nacional.
El coche, Número 011R, se encuentra estacionado y bajo control en los hangares laterales del Taller Central de Reparaciones (TCR) que Renfe tiene en la localidad madrileña de Villaverde. El vagón es uno de los referenciados en la investigación y hasta ahora se negaba su existencia.
En la mañana del 11-M, el vagón se encontraba situado en medio de las cuatro explosiones que sucedieron en la calle Téllez. En concreto, estaba tras el primer vagón explosionado, el número 021M, y a escasos metros de los otros tres, con los números 191M, 096R y 192M, que también sufrieron los ataques terroristas. Durante ocho años, la Justicia no ha podido atender las demandas de las partes, en la que solicitaban un contraanálisis del explosivo detonado “al haber sido destruidos los vagones”, como así aseguró Juan Carlos Rodríguez Segura, de Voces contra el Terrorismo.
La importancia del descubrimiento del vagón radica, según diversas fuentes consultadas por LA GACETA, en que “al encontrarse en medio de varias explosiones, tuvo que recibir gran cantidad de muestras que podrían esclarecer el explosivo utilizado”, una de las cuestiones fundamentales aún no esclarecidas suficientemente.
Cuatro fueron los puntos de explosión durante la mañana de los atentados del 11 de marzo. Atocha, Téllez, El Pozo y Santa Eugenia. El tren de Atocha estaba compuesto por seis vagones, donde explotaron los tres de cola. En Téllez, conformado también por seis coches, estallaron el primero, cuarto, quinto y sexto. En la estación de El Pozo, de seis vagones, estallaron el cuarto y quinto. Y en Santa Eugenia estalló el número cuatro; precisamente de esta estación procede el único vagón que consiguió repararse tras el atentado para volver a operar de nuevo.
Para chatarraHasta hoy, la versión oficial era que los restos de los trenes empezaron a ser desguazados y convertidos en chatarra el día siguiente a los atentados, en lugar de conservarlos como prueba para el juicio, como exige la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
El desguace se hizo en tres lugares distintos: el taller de reparaciones de Villaverde, la estación de ferrocarril de Santa Catalina y la estación de El Pozo. En concreto, al de Villaverde fueron a parar tanto los cuatro explosionados en Téllez como el cuarto vagón de El Pozo.
En los primeros meses de la instrucción judicial, un hecho vino a derramar más dificultades a las defensas y acusaciones personadas en el proceso, que solicitaron al juez Del Olmo un contraanálisis para determinar el explosivo utilizado por los terroristas, acto que nunca pudo llevarse a cabo al haber sido destruidos todos los vagones afectados por las explosiones.
El descubrimiento de LA GACETA podría tumbar todo el proceso, puesto que como quedó reseñado en el Sumario del 11-M no figuraba ninguna orden sobre la destrucción o el desguace de los coches explosionados, omisión que vulneraba abiertamente lo tipificado en 334 y 338 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que establece que los instrumentos o efectos de cualquiera clase que puedan tener relación con el delito se recogerán de tal forma que se garantice su integridad y el juez acordará su retención, conservación o envío al organismo adecuado para su depósito.
El hecho es que el asunto todavía colea en los juzgados, concretamente en el de Instrucción 43 de Madrid, que sigue intentando aclarar quién dio la orden de destrucción de las pruebas de los atentados.
Con el descubrimiento del vagón 011R se arrojan nuevas sombras sobre la gestión del Gobierno socialista en la investigación de los atentados del 11-M. Fuentes policiales han declarado a LA GACETA que “durante años no se ha comunicado ni al Juzgado Central de Instrucción nº 4 de la Audiencia Nacional, ni al de instrucción nº 43 de Madrid, la existencia de esta prueba que se encuentra custodiada bajo la responsabilidad del Ministerio de Fomento”.
FUENTE: lagaceta
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