Una mina en Camuñas fue el lugar elegido por los milicianos para deshacerse de los cuerpos. Se prohibió a los médicos hacer fotografías para evitar que se supiera.
Espeleólogos bajando a la mina de plata. / E. Méndez
Camuñas (Toledo). Durante la Guerra Civil, el municipio de Camuñas (Toledo), ya muy próximo a la provincia de Ciudad Real, fue escenario de una serie de asesinatos y torturas sobre las que se ha pasado por alto durante 70 años. El pozo principal de una antigua mina de plata romana fue utilizado como fosa común por los milicianos y políticos de los partidos del Frente Popular.
A veces se usaba para deshacerse de cadáveres que venían de pueblos de los alrededores; otras, las víctimas eran llevadas vivas a la entrada del pozo tras ser torturadas y, en el mejor de los casos, eran fusiladas antes de ser arrojadas. Mucha peor suerte tuvieron los que fueron lanzados vivos al fondo. Amador Rodríguez, actual propietario de la mina, recuerda los hechos: “Eran frecuentes las expediciones para deshacerse de cadáveres y prisioneros civiles.
Había auténticas excursiones. Hay un testigo que ahora está muy enfermo que cuenta como presenció, con 11 años, la llegada de una furgoneta llena de cadáveres que venían a tirar a la mina. Está el testimonio de los hermanos Nombela y el de Don Manuel Azaña diciendo que esto era otro Paracuellos. Se prohibió a los médicos forenses que se hicieran fotografías para evitar que se supiera”.
Para Amador Rodríguez no existe odio ni intento de revancha, lo único que pretende es “que se sepa lo que aquí ocurrió. No pretendemos sacar ningún resto. Tenemos que tener en cuenta que solo de Herencia hay aquí 70 personas. Yo digo todo esto sin ningún resentimiento. Lo perdono todo, pero quiero que se sepa que se hicieron muchas barbaridades”. Sigue señalando que el ejército del Frente Popular tuvo participación en los sucesos: “El ejército del Frente Popular no hizo nada para frenar los crímenes.
Durante aquellos días se escuchaban alaridos atroces, porque los tiraban vivos. Los jefes de los milicianos se limitaron a ordenar que tirasen cal y arena encima para sepultarlos”. Canonizaciones Jorge López Teulón es el postulador de la causa de los mártires para las provincias de Toledo y Ávila. Deja muy claro el propósito de la Iglesia en esta investigación: “La causa de canonización continuaría aunque no se recobrasen los restos. Esto sería para recuperar reliquias o restos para dignificarlos en una iglesia. A lo mejor encontramos algo. Si la beatificación es dentro de 70 años habrían desaparecido”.
Conocedor de la importancia del hallazgo explica: “Los científicos de Aranzadi hablan de 300 personas. De ellas siete están en el proceso de beatificación abierto en 2002”. Deja muy claro que no quiere entrar en una guerra estéril sobre quien mató más en la guerra. No le mueve el resentimiento porque “el ejemplo de los mártires debe servir para que no se repitan las barbaridades que se cometieron en una guerra que destrozó un país”. La financiación la sufraga el Arzobispado de Toledo, que a su vez ha recibido donativos para poder desarrollar toda la investigación. López Teulón señala que la memoria histórica “debe ser para todas las víctimas, más para las inocentes, como son las que descansan en el pozo de la mina de Camuñas” y confirma que los miembros de Asociaciones para la recuperación de la memoria histórica “no se han puesto en contacto” con ellos.
Trabajo técnico
Rafael Zubiría es un espeleólogo de la Sociedad Científica Aranzadi que está realizando los trabajos técnicos para que se pueda acceder a la mina y se desarrollen los trabajos científicos en el interior. Allí tendrán que acceder, descolgados por una grúa, los miembros del equipo forense que evaluarán el número de cadáveres almacenados. Reconoce que tras haber excavado numerosas fosas “en estos casos siempre hay emoción e impresiona”. El caso de la mina de Camuñas ha sido un reto en su trayectoria: “Hasta el último día dábamos por perdida la investigación. En un momento postrero encontramos cantidad de restos humanos. Se trata de los restos que se van a estudiar esta semana”. Este tipo de actuaciones hacen que Zubiría se sienta conmovido: “Te trasladas a un momento y una época que te hacen ver lo dura que fue la guerra civil. Te das cuenta de lo trágico que fue para todos y del sinsentido tan grande que supuso”.
FUENTE: lagaceta
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