miércoles, 24 de marzo de 2010

El padre y el tío de De Juana Chaos eran falangistas

Y su abuelo, militar

El sanguinario terrorista se crió jugando al fútbol con hijos de guardias civiles en Legazpia. Fue distinguido por el Ayuntamiento de Madrid por apagar un incendio.

De Juana Chaos.

José Ignacio Iñaki de Juana Chaos (Legazpia, 1955), uno de los terroristas más sanguinarios de ETA, es hijo de falangista y de hija de militar gallego; además de sobrino de falangista. Jugó y creció con hijos de guardias civiles; e incluso fue condecorado por el Ayuntamiento de Madrid por su participación en la extinción de un incendio cuando hacía la mili, antes de que a principio de los ochenta iniciara su repugnante carrera terrorista. De Juana estudió Enfermería e hizo la mili, en Alcalá de Henares.

Por culpa de una huelga de bomberos en Madrid su unidad militar tuvo que extinguir un incendio. Aquello le valió una mención del ayuntamiento (1977). De vuelta al País Vasco, se enroló en la incipiente Ertzaintza (segunda promoción). Fue uno de sus agentes más fugaces. Pocos meses después, en 1983, huyó a Francia tras ser descubierto en un robo de armas de un cuartel de la Policía vasca. De Francia saltó a Argelia, donde fue adiestrado por el brasileño Carlos Marinuela. En 1986 se hizo cargo del comando Madrid, participando hasta su detención, en 1987, en 25 asesinatos. Una de sus peores matanzas fue el ataque a un convoy de agentes en prácticas de la Guardia Civil (julio de 1986) en Madrid.

Murieron 12 agentes y 45 personas resultaron heridas. Antes había asesinado al coronel Vicente Romero y a su chófer, el soldado Juan García Jiménez. También al vicealmirante Fausto Escrigas. Y al norteamericano Eugene Kent Brown, que paseaba cerca de un coche-bomba que De Juana hizo explotar al paso de un furgón de la Guardia Civil. Con otro coche-bomba mató a cinco agentes de la Guardia Civil. Un mes después, ametralló al comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, al teniente coronel Carlos Vesteiro y al soldado Francisco Casillas. Veinticinco muertes. Cuanto odio para un maketo, sin pizca de “rh vasco”. Un hijo de castellano, Daniel de Juana Rubio, incluso con reconocido pasado franquista, que se dedicó a salvar vidas. Su madre, Esperanza Chaos, era hija de militar. Daniel de Juana Rubio era médico, nació en Miranda de Ebro (Burgos).

Una declaración jurada suya –firmada en Oyarzun el 30 de junio de 1940– relata sus servicios prestados a los nacionales en la Guerra Civil. Su vinculación a Falange data del 1 de enero de 1935. Se convirtió en oficial médico en el Ejército de Franco, en los frentes de Somosierra (como voluntario de las falanges de Álava) y luego en Extremadura, así como en los campos de concentración de Haro. Por sus destacadas actuaciones fue condecorado con el Emblema de Honor Individual de la División 74 y con la Medalla Militar Colectiva de Somosierra. Y distinguido en 1938 por las operaciones en el Frente de Extremadura. Años después de la Guerra, Daniel de Juana Rubio contrajo matrimonio con Esperanza Chaos, que había nacido en los años veinte en Tetuán, capital del protectorado español de Marruecos, y que era hija de un militar destinado allí.


El matrimonio se trasladó a Legazpia (Guipúzcoa) donde De Juana padre se empleó como médico del empresario Patricio Echeverría Elorza (conde de Echeverría de Legazpia en el franquismo), propietario de una gran acería guipuzcoana. La casona donde nacieron y vivieron los dos hijos del matrimonio, Altamira y José Ignacio, estaba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil en el pueblo. De niño Iñaki de Juana jugaba al fútbol con los hijos de los guardias civiles. Un cuerpo con el que años después se ensañaría con la mayor crueldad. Aún peor, su hermana Altamira fue la esposa (actualmente divorciada) de Jesús María Herrera, hijo del comandante del Ejército José María Herrera, asesinado por ETA en 1977, antes de su alistamiento en la organización terrorista. Si el padre era falangista desde 1935, su tío Luis de Juana lo era dos años antes, fue jefe local y administrador de Falange Española Tradicionalista y de las JONS en Miranda de Ebro.

De Juana cumplió poco más de 18 años por 25 asesinatos. Luego fue procesado por escribir dos artículos de opinión en los que amenazaba a responsables de prisiones, políticos y jueces señalándolos como objetivos de ETA. En plena negociación entre representantes del Gobierno y los terroristas, De Juana inició una huelga de hambre de 63 días (agosto de 2006). Episodios como el jamón dulce o las prácticas sexuales con su novia en el Hospital Doce de Octubre demostraron que se aprovechaba de todo. El Supremo rebajó su condena de 12 a 3 años a petición de la Fiscalía. El Ministerio del Interior resolvió concederle la prisión atenuada y De Juana aprovechó para huir de la Justicia española. Dieciséis meses ha costado que le extraditen a España a petición del juez Eloy Velasco. De Juana volverá, pero siempre con tratamiento especial. “No inmediatamente”, dijo el tribunal de Belfast.

FUENTE: lagaceta

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