El kit de seguridad le cuesta a cada miembro del cuerpo 620 euros.Las agrupaciones profesionales de la Policía denuncian que el material básico de seguridad que debería pagarles el Ministerio del Interior, dirigido por Alfredo Pérez Rubalcaba, tienen que costearlo los agentes de su propio bolsillo. En total, se calcula que los miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado se costean material profesional por un valor que asciende a 80 millones de euros.
Los kits de seguridad que están generando la polémica los forman unas botas tácticas valoradas en 80 euros, unos guantes anticorte cuyo coste asciende a 40 euros y los chalecos antibalas, con un precio unitario de 500 euros. Tres elementos que, según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, deberían correr a cargo de la Administración pública y que suponen un desembolso de 620 euros por agente cada cinco años, periodo medio de vida útil del material.
La falta de suministro de este material no afecta sólo a los 54.000 agentes del Cuerpo Nacional de Policía, sino también a los 75.000 guardias civiles en activo antes de 2010.
Aunque en el caso de la Benemérita, desde 2010 se les están suministrando algunos chalecos a las unidades y en Madrid la Comandancia ha empezado a entregar guantes anticorte.
Este ahorro, como señalábamos, asciende, cada cinco años, a casi 80 millones de euros –en concreto, a 79,9– para las arcas del Estado. Desde la Unión Federal de Policía (UFP) su portavoz, Alfredo Perdiguero, señala que “mientras que este desembolso se debería hacer cada cinco años, puesto que ésa es la vida media de los equipos señalados, se está dotando anualmente a los actores españoles con un fondo de 88 millones. Se trata de unas personas que nos acusan a la Policía de auténticas barrabasadas aprovechando su tirón mediático”. Desde este sindicato se está animando a sus afiliados a que soliciten la devolución del importe desembolsado. Pero, de momento, y tras meses intentándolo, no se ha conseguido nada.
Sin papel higiénico
Perdiguero señala, además, cómo los recortes de presupuesto se están notando en el trabajo diario de los agentes del cuerpo. Así, recuerda que “durante las nevadas de los días 21 de diciembre y el 11 de enero, solicitamos cadenas para los vehículos que tenían que patrullar por Madrid. La respuesta fue que había 40 pares en la Jefatura Provincial de la capital. No eran suficientes para los cientos de vehículos que salen a diario a las calles y, además, desde las comisarías de los pueblos de alrededor no se podía llegar a la Jefatura”. En cualquier caso, la solución que se aportó desde el ministerio fue que se presupuestarían para el año que viene.
Hay, según el sindicato UFP, muchas carencias a diario: “Se anunció una subida del 0,3 % para los agentes. Realmente esto ha significado una pérdida real de entre 50 y 105 euros, porque se les ha subido el módulo de las retenciones”.
En cuanto al parque móvil, una de las quejas habituales de los policías nacionales, “la cosa está mucho peor que antes”, explica Perdiguero. “Los coches no se llevan a arreglar porque no hay dinero, los talleres concertados se quejan de que o no cobran o lo hacen con mucho retraso. Se ha tomado la determinación de arreglar las patrullas con piezas de otros coches averiados que quedan fuera de servicio”, concluye.
Las restricciones en el presupuesto también están afectando al material de las comisarías. Los tóner de las impresoras se están estirando al máximo, “y se ha reducido el número de máquinas hasta el punto de que hay hasta cinco unidades usando la misma impresora. Se montan unas colas de espera eternas y los oficios se demoran hasta límites increíbles”, asegura Perdiguero a LA GACETA. “Hasta el papel higiénico está racionado. Ya no saben de dónde cortar”, lamenta.
Joaquín Cánovas, secretario general de Madrid de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha declarado a este diario: “Nosotros no hemos notado la crisis, puesto que siempre hemos estado escasos de material”. “Su situación”, señala, “va a mejorar con el cambio de las uniformaciones, que se va a producir entre 2010 y 2015 y que va a permitir que todos los agentes cuenten con equipos adecuados”.
Consiste en un plan aprobado por el Ministerio del Interior, que empezará por dar equipos a los agentes recién salidos de las academias y a los cuerpos operativos, para acabar extendiéndolo a todo el Instituto Armado. Según afirma Cánovas: “Ahora nuestro cometido será el de comprobar que la calidad sea la misma que la aceptada y que se cumplan los plazos”.
Crisis permanente
El material de seguridad del que no disponen los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es muy necesario, según confirma Alfredo Perdiguero. “Los guantes anticorte son imprescindibles para los agentes a la hora de realizar los cacheos. Muchas veces se obtienen materiales altamente peligrosos, como jeringuillas utilizadas o armas blancas que han sido empleadas y presentan manchas de sangre. En ambos casos, el riesgo de contagio para los agentes es muy alto”.
También narra cómo hace años los etarras “adoptaron la costumbre de portar armas blancas colocadas de tal manera que provocasen cortes a los policías durante los cacheos. Tampoco entonces estaban los guantes disponibles”.
En la misma línea se manifiesta el Guardia Civil Joaquín Cánovas: “En otros países hay una cultura de autoprotección entre los miembros de la Policía. Es impensable que agentes alemanes o norteamericanos salgan a trabajar sin sus chalecos antibalas. Aquí no se ha podido implantar esta forma de actuar porque se ha carecido del material”.
“En cualquier caso –concluye Cánovas– es como si nosotros hubiéramos estado en una crisis permanente, siempre con escasez de medios”. La oficina de prensa de la Policía Nacional, dependiente de Interior, no ha dado ninguna explicación a LA GACETA sobre este tema.
FUENTE: lagaceta
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