En un día como el de hoy, en el que se conmemora la lucha contra la violencia de género, llama especialmente la atención la contradicción que se produce entre los mensajes y los hechos. Ejemplo de ello es que una de las medidas estrella del Ministerio de Igualdad, las pulseras GPS para maltratadores, no esté siendo efectiva.
De los 3.000 dispositivos que el departamento de Bibiana Aído puso a disposición de la justicia el pasado 23 de julio, a día de hoy, tan sólo 51 están activos. La escasa aplicación responde a la voluntad de los jueces, quienes se encargan de calcular las posibilidades de que un maltratador quebrante una orden de alejamiento y mate a su pareja. Si el riesgo es elevado, se impone este dispositivo para que se controle en todo momento la proximidad entre víctima y agresor. Sin embargo, los resultados apuntan a que "se quedan cortos" al calcular dichos riesgos, como apunta la presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Altamira Gonzalo, quien considera que animar a las víctimas a que denuncien su situación no es suficiente.
"Un punto de reflexión importante es la adopción de las medidas de protección adecuadas en cada caso, la adecuada valoración del riesgo en cada denuncia que se presenta", dado que "hay un porcentaje de mujeres que denunciaron y pidieron medidas de protección y, a pesar de todo, las mataron", por lo que cabe preguntarse si dichas medidas fueron suficientes. En 2008, un total de 76 mujeres fueron asesinadas por sus parejas. Un año después, la cifra desciende hasta 49.
Los datos hablan por sí solos y demuestran que poco a poco las víctimas, la sociedad y las instituciones se suman de forma activa a la lucha contra la violencia de género. Pero 49 mujeres muertas, aunque sean menos, son demasiadas, especialmente cuando queda la duda de si se podía haber evitado dado que el sistema judicial contaba con medios para velar por la seguridad de las víctimas y no se hizo. Es cierto que muchas de las agresiones no se denuncian, y sin denuncia nada puede hacerse, pero en el caso de las víctimas de este año, 14 habían presentado denuncia.
Seis de ellas tenían medidas de protección en vigor cuando fueron asesinadas. Esas seis mujeres podrían estar vivas a día de hoy si una pulsera hubiera alertado de que su asesino se acercaba para ponerle fin a su vida. De las 49 mujeres asesinadas este año, 33 eran de nacionalidad española y 16 extranjera. En 26 casos perdieron la vida a manos de la persona con la que compartían su vida, mientras que las otras 23 fueron víctimas de sus ex parejas o de personas con las que estaban en fase de ruptura. La presidenta de Themis lamenta "constatar cómo hay un porcentaje importante de gente joven con problemas de violencia de género". Y es que, las cifras, en lo que a edades se refiere, apuntan a que 25 de las 49 víctimas tenían entre 21 y 40 años.
FUENTE: lagaceta
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