martes, 17 de noviembre de 2009

Loquillo: «En España sólo se ayuda a los que bailan al son del Gobierno»



Publica «Loquillo. Rock & Roll Star», una biografía audiovisual con la que repasa tres décadas como artista sin olvidar su obligación: «La crítica y la transgresión»

Con 32 años de carrera y carretera a sus espaldas, Loquillo vuelve a escena con una caja recopilatoria que incluye todos sus éxitos, canciones inéditas, poesías, videoclips y el documental dirigido por Carles Prats «Loquillo, leyenda urbana», entre otros materiales imprescindibles. Pero el músico no ha parado y, desde entonces, también ha tenido tiempo para reflexionar «y hablar sin tapujos de lo que ocurre porque puedo. No le debo nada a nadie»
-Le toca de cerca el mundo del cine. Con 48 años se ha convertido en productor. ¿Cómo lo lleva?
-Soy el que pone la pasta, porque si tengo que esperar a que el Ministerio de Cultura me subvencione... Las ayudas sólo son fáciles de conseguir cuando eres amigo. ¿Todavía alguien piensa que no es así? Subvencionan a dedo a los artistas que bailan al son que ellos tocan. Es un lobby de poder muy importante y están unidos. El único problema, y ya se empiezan a oír voces en este sentido, es que se subvenciona a unos pocos y se hacen listas negras de actores que son críticos.
-También ha dejado Barcelona para instalarse en el País Vasco, ¿un exiliado más?
-No echo de menos Barcelona. Soy mediterráneo y uno tiene que vivir donde vive su familia, y yo vivo con mi mujer y con mi hijo. Por otro lado, si tuviera que vivir del trabajo que me dan allí no podría. Se ha ido ya tanta gente de Barcelona... Cuando el departamento de Cultura de la Generalitat decide que quien representa la cultura catalana son aquellos autores que escriben en catalán dejan muy claro cuáles son sus intenciones. Ante esta realidad dejan muy claro que hay que irse. Es una situación horrible. Lo que está ocurriendo es muy duro y nadie dice nada. En Cataluña no hay crítica al poder, y los que criticamos, no vivimos ahí.
-El mundo musical tampoco está como para lanzar cohetes.
-No entiendo que no se subvencione la industria discográfica, que también crea puestos de trabajo y cultura española. Ya pasé el sarampión de creer en esas cosas. Yo me mojé y apoyé al PSOE y a Los Verdes. Ya he tenido suficiente, ya sé lo que hay. Hay otros artistas a quienes les gusta el poder. Si es así, ¿por qué no se presentan a las elecciones? El arte debe permanecer en la transgresión y la crítica. En la música también existe, aunque mucho menos. Son cosas que se han heredado del franquismo, un virus que ha mutado pero que sigue vivo en la gente de mi generación. Es increíble que con lo que ha ocurrido en el Palau nadie diga nada. Pasará como siempre: se tapará, e incluso eso, lo damos por hecho. Vivimos de ideologías del siglo XIX: hace falta regeneración democrática, nuevos partidos, pero, cuando surgen, los grandes intentan cargárselos.
-¿Es culpa de la clase política?
-En este país sólo existe la derecha, el centro derecha y el centro, porque la izquierda ni está ni se la espera. También está ese extraño partido que son los sindicatos. Vamos a la «latino política»: damos por hecho que hay corrupción, que los políticos son unos chanchulleros...
-¿También es pesimista con la situación cultural?
-La cultura en España está por los suelos. De hecho, se compra en los suelos. A los ayuntamientos se la suda. El sueldo del autor son sus derechos, pero se los pasan por el forro.
-La SGAE tiene responsabilidad en este terreno. ¿Qué opina de su actuación?
-Tiene un mal endémico, y es que continúan los de siempre, está todo el Partido Comunista ahí metido. Yo siempre he sido muy crítico con ellos, por eso nunca me darán un premio. De hecho, la gente de mi generación no ha recibido ninguno. La mala conciencia que la gente tiene sobre la SGAE la han propiciado ellos mismos. Lo dije en su momento: deberían estar representadas todas las conciencias políticas, no sólamente una para que unos vigilen a otros. Me presenté a las elecciones, pero acabaron diciéndome de todo. No entiendo que haya jóvenes que editan un disco con 500 copias y no tienen derecho a ser autor porque no cubren la ganancia mínima. Deberían ser tan importantes como Alejandro Sanz. Creo que las cosas se han hecho bien, pero el tiempo de Teddy Bautista se ha acabado. Ahora no volvería a intentarlo. No sirvo para eso porque no soy nada político.
-Habla de superar etapas. ¿Lo mismo debería hacerse con la historia?
-Apoyo la memoria histórica, pero de la de Lorca y la de mil más. Quiero saber los crímenes que se perpretaron desde el bando republicano a los propios republicanos. Cuando las cosas se hacen a medias quedan sin resolver. Por eso es imposible que podamos avanzar.


«Topo de la derecha»
- «¿Por qué los cantautores, que tanto hablaban, cuando hay una democracia se callan? ¿Dónde están? Es muy necesario que digan cosas. Nadie se atreve a hacer nada porque todo el mundo está acojonado. Si a mí me llaman topo de la derecha, ¿qué le pueden llamar a uno de izquierdas que critique al Gobierno?»

- «Llegó un momento en España a mediados de los noventa en que se excluyó a los artistas nacionales y se importaron a todos los de Miami. ¿No tenemos a Marta Sánchez? ¿Qué pinta Shakira aquí?¿O Maná? Nosotros ya no sonamos en ninguna radio, ésta es la importancia que se le da a la cultura en España y resulta muy frustrante. Basta pensar que: Argentina exporta Calamaro a España. España exporta a David Bisbal».

FUENTE: larazon

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